Según el Nikkei Asian Review, a medida que la guerra de ciencia y tecnología entre China y EE. UU. Se intensifica gradualmente, el Congreso de los EE. UU. Planea otorgar a los fabricantes de chips alrededor de $ 25 mil millones en subsidios gubernamentales para permitir que las empresas trasladen sus líneas de producción a los Estados Unidos a través de enormes subsidios.
El informe señaló que la decisión de Estados Unidos de otorgar enormes subsidios a cualquier industria es muy poco común, y al mercado le preocupa que tal apoyo directo pueda distorsionarlo.
Según un informe publicado por la Information Technology and Innovation Foundation (ITIF), las ventas de los fabricantes de semiconductores de EE. UU. Representaron el 47% del mercado global en 2019, seguidas por las empresas coreanas, que representaron el 19%, y las empresas japonesas son 10 %.
Sin embargo, Boston Consulting Group estima que los fabricantes de chips estadounidenses solo representan el 12% del uso global de semiconductores, la mayoría de los cuales provienen de compañías de diseño sin fábricas como Nvidia y Qualcomm.
Por el contrario, los chips producidos por los fabricantes chinos representan el 15% del uso global y se espera que crezcan hasta el 24% en 10 años. Esto significa que China puede convertirse en el mayor proveedor mundial de chips.
Para Estados Unidos, esto definitivamente no es una buena noticia. Según los informes, Estados Unidos ha incluido este subsidio en su presupuesto para el año fiscal 2021 a partir de octubre.
Según un proyecto de ley bipartidista, el gobierno federal proporcionará hasta $ 3 mil millones en subsidios para cada proyecto de inversión en una fábrica de semiconductores.
Al mismo tiempo, el Congreso de los Estados Unidos también está considerando otorgar subsidios de financiamiento para el Departamento de Defensa. Se entiende que el Pentágono espera invertir US $ 5 mil millones en la fabricación de chips dedicados a la seguridad nacional, y otros US $ 5 mil millones para investigación y desarrollo general en este campo.
Además, los gobiernos estatales y municipales de EE. UU. También proporcionarán incentivos fiscales y otra asistencia política para los fabricantes de chips.